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Partially lost
La lluvia estaba más ácida que nunca. Los edificios cromados estaban pasados de moda pero seguían siendo prácticos, todo lo demás se oxidaba. Nadie recordaba que carajo era la pintura o los ladrillos. La estética del futuro era una rotunda mierda pero todos parecían haberse acostumbrado.
María dió la última pitada a su cigarrillo y escupió por el balcón. Miró la chapa del suelo y apagó la colilla en una de las tantas abolladuras que solían quedar luego del granizo.
— Nací en la época equivocada — pensó mientras volvía a ponerse sus auriculares — . Necesitamos otra peste negra, o al menos un Hitler que ponga las cosas en su lugar.
El cielo real parecía no dar tregua y, para peor, el cielo holográfico parecía estar averiado en toda la ciudad. Esa lluvia iba a sentirse, el depresómetro iba a estar explotando en el noticiero.
María juntó saliva y volvió a escupir por el balcón, abrió su pastillero y puso dos pastillas en su mano. Primero tragó la anticonceptiva y luego tomó una de las que le producían orgasmos.
— Definitivamente nací en la época equivocada — pensó.